LOS AYUNTAMIENTOS DE LA MANCOMUNIDAD DEL EMBALSE DEL ATAZAR, UN GRAN EJEMPLO DEL VALOR DEL AGUA

En el noreste de la Comunidad de Madrid, la Mancomunidad del Embalse del Atazar se alza como un claro ejemplo de cómo el agua puede convertirse en eje vertebrador de un modelo turístico sostenible, socialmente integrador y profundamente respetuoso con el medio ambiente. El agua es un recurso esencial para la vida, pero también desempeña un papel clave en el desarrollo turístico, medioambiental y social de muchos territorios. En el caso de los municipios de El Atazar, El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones, Puentes Viejas y Robledillo de la Jara, el agua tiene una importancia estratégica que va más allá del abastecimiento.

Agua como recurso turístico

El turismo en la zona gira en torno a una riqueza hídrica que se ha sabido poner en valor con inteligencia y sensibilidad. Actividades como el senderismo, los deportes náuticos no motorizados y el turismo de naturaleza atraen a visitantes durante todo el año.

En Cervera de Buitrago, el área recreativa y el centro de actividades náuticas permiten practicar piragüismo, paddle surf o rutas guiadas por el embalse. Además, la Senda del Genaro, es una ruta en torno al embalse de El Atazar, que conecta varios pueblos de la Mancomunidad, permite al visitante descubrir el paisaje a través de senderos que bordean arroyos, canales y antiguos lavaderos, recordándonos el papel del agua en la vida rural tradicional. Lugares como El Berrueco, con su Museo del Agua y el Patrimonio Hidráulico, ofrecen una inmersión educativa y cultural al visitante.

Agua como patrimonio medioambiental

La presencia del embalse ha contribuido a la conservación de un entorno natural de gran valor ecológico. La calidad del agua, junto con la protección del paisaje y de las especies que lo habitan, refuerzan el valor medioambiental del territorio. Esto favorece un tipo de turismo respetuoso con el entorno y centrado en la observación de la naturaleza, con rutas de observación de aves, fotografía de paisaje y talleres de educación ambiental, organizados por ayuntamientos como el de Robledillo de la Jara o Puentes Viejas.

Los municipios de la Mancomunidad apuestan por un desarrollo turístico compatible con la conservación, conscientes de que el recurso hídrico debe protegerse para garantizar su futuro.

Embalse de El Atazar
Embalse de El Atazar

Agua como elemento social y cultural

El agua ha sido, y sigue siendo, un elemento de cohesión para las pequeñas comunidades que conforman la Mancomunidad. Las fiestas locales, las tradiciones en torno a antiguas fuentes, pozos y lavaderos, e incluso la arquitectura rural adaptada a la gestión del agua, son testimonio de una cultura hidráulica rica y viva.

En los seis municipios, el patrimonio hidráulico es un recurso de alto valor que puede integrarse en las visitas turísticas, y se organizan actividades educativas y turísticas que explican cómo el agua ha condicionado el urbanismo, la agricultura y la vida cotidiana de sus habitantes.

Además, el trabajo conjunto de los municipios a través de la Mancomunidad permite gestionar recursos y diseñar proyectos comunes para poner en valor el agua en todos sus aspectos.

La consideración de los valores del agua en la Mancomunidad del Embalse del Atazar demuestra que este recurso puede tener un impacto positivo no solo en el medio ambiente, sino también en la economía local y en la cohesión social. Un turismo sostenible, basado en la protección del entorno y en la puesta en valor de los recursos hídricos, es una vía clara para el desarrollo equilibrado de estos municipios.